La importancia del amor


Veinte años de casados habían requerido mucha comprensión, mucho diálogo y mucha paciencia. Habían logrado tener cada uno su espacio y compartir unas horas al final del día para poner en común todo aquello que habían descubierto y aprendido.
ADÁN: ¿Sabes a quién he visto hoy?
EVA: ¡Ay, no sé por qué la sopa ya no me queda como antes!
ADÁN: A ese que siempre decía que tú y yo estábamos hechos el uno para el otro.
EVA: Debe de ser el agua, o quizás la vitrocerámica nueva. No sé.
ADÁN: Y es verdad. ¿Qué haría yo sin ti?
EVA: Suerte que a ti te gusta todo lo que cocino.
ADÁN: Ya va siendo hora de irse a dormir.
EVA: Me ha cogido sueño aquí sentada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Nunca pasa nada

Pensamiento #1